Finalmente es de agradecer el completo repertorio bibliográfico que cierra Los derechos de los animales considerados..., se trata de una relación de cuarenta y dos obras en lengua inglesa (desde La Fábula de las abejas de Mandeville de 1723 hasta El espíritu de un animal de T. S. Hawkins de 1921) que de un modo u otro abordan la temática planteada por Salt en su libro.
Las reacciones a semejantes propuestas no se demoraron demasiado; en 1892, el mismo año de publicación del libro que nos ocupa, el filósofo británico José Rickaby, de la Compañía de Jesús, en su obra Filosofía Moral niega de plano, en nombre de las coordenadas fundamentales de la doctrina católica tradicional –no olvidemos las prohibiciones de Pío IX concernientes a las sociedades protectoras de animales y plantas– todo posible ius animalium por constreñido y relativizado que éste mismo pueda ser. En 1895, aparece Derechos Naturales de David G. Ritchie, profesor de filosofía en la Universidad de St. Andrews. Las críticas explícitas con que Ritchie procura dinamitar los cimientos teóricos de la obra de Salt propiciarán una respuesta por parte del «reformador social» titulada «El término derechos», que quedará incorporada en forma de apéndice a la última edición en lengua inglesa (1922) de Los derechos de los animales considerados... publicada todavía en vida de su autor.
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Desde 1999 el opúsculo de Salt puede ser leído en lengua española en gracia a la traducción (a cargo de Carlos Martín y Carmen González) que bajo el título conciso y aséptico de Los derechos de los animales (es decir, purgadas convenientemente las referencias explícitas a la idea de progreso social y moral presentes en el título original inglés{7}) ha puesto en circulación entre los lectores hispanohablantes la editorial Los Libros de la Catarata, en su colección «Clásicos del pensamiento crítico» dirigida por Francisco Fernández Buey y Jorge Riechmann{8}. Jesús Mosterín, presidente como es conocido de la delegación española del Proyecto Gran Simio, aparece como responsable último de la edición .
Además del texto original propiamente dicho y de la réplica de 1922 a las objeciones de Ritchie, el volumen, incluye una entusiástica introducción del mismo Mosterín a la obra y al personaje y dos significativos apéndices: la Declaración de los Grandes Simios de 1993 (aquí titulada Declaración de los Primates) y un compendio de «direcciones de interés» correspondientes a organizaciones animalistas, frentes de «liberación animal», movimientos anti-taurinos, sociedades protectoras, formaciones ecologistas, conservacionistas y otros grupos de ámbito ibérico dedicados a la lucha por la noble causa de la emancipación brutal{9} a los que el lector convencido por los «argumentos» de la obra puede dirigirse en caso de sentir la vehemente llamada del activismo. Por lo que se ve el máximo responsable del Proyecto Gran Simio en España no ha creído necesario en esta ocasión disociar las labores editoriales de su propia voluntad prosélita y militante.
Notas
{1} Para cuestiones bio-bibliográficas en torno al personaje es recomendable leer: Jorge Hendrick, Henry Salt. Humanitarian reformer and man of letters, University of Illinois Press- Hardcover, 1977. También Jesús Mosterín, en su introducción al libro que nos ocupa ofrece útiles datos al respecto.
{2} «Aquí es donde es preciso distinguir las dos grandes corrientes, más o menos latentes, en las que se diversifican de hecho las escuelas de Bioética: la que pone el objeto práctico último de la Bioética en la vida humana (lo que no excluye el «control de la natalidad» de esa vida) y la que pone el objeto práctico último en la vida en general, en la Biosfera. Llamaremos, respectivamente, a estas dos corrientes, Bioética antrópica y Bioética anantrópica.» Gustavo Bueno, «Hacia una Bioética materialista», en ¿Qué es la Bioética?, Pentalfa, Oviedo 2001, págs 12-13. Más adelante Bueno menciona precisamente, a modo de ejemplos de Bioéticas anantrópicas, planteamientos como los vehiculados en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de 1978 o en la Declaración de los Grandes Simios Antropoideos promovida por el Proyecto Gran Simio en 1993.
{3} Hasta 1884, Enrique Salt había ejercido de profesor en la reputada escuela de Eton, sin embargo diferencias irreductibles con sus colegas en lo tocante a los hábitos alimenticios –parece que Salt tildaba de «caníbales» al resto de profesores de la escuela– forzaron la dimisión de nuestro humanitario «pensador» y su retiro en el campo, lejos de las perniciosas tentaciones de la civilización. En Tilford, el matrimonio, gozó de una apacible existencia «preindustrial» dedicándose al cultivo de hortalizas (pero no a la ganadería como es obvio, lo contrario hubiese sido esclavismo o asesinato) y atendiendo las numerosas y egregias visitas: Chesterton, Jorge Bernardo Shaw, Ramsay Mac Donald (adalid a la sazón del Partido Laborista) o William Morris (otro «anacoreta» insigne como se sabe). A la luz de todo ello cabría quizás considerar a Salt como un precedente claro de concepciones anti-globalizadoras y contra-culturales, como las mantenidas en nuestros días por Juan Zerzan, sin ir más lejos, pero también como un heredero directo, mutatis mutandis, de Diógenes el Cínico. Claro que también es verdad que desde otro punto de vista vale advertir en nuestro «teólogo» un auténtico «autismo político» por así decir; este diagnóstico podría incluso clarificar en gran medida algunas de las tesis éticas y morales más delirantes sostenidas por el autor de Los derechos de los animales considerados... .
{4} Así lo hace por ejemplo, Peter Singer, Cfr. Liberación Animal, Trotta, Madrid 1999. Por cierto que sobre Singer y sus planteamientos bioéticos relativos a la eutanasia, la experimentación con embriones o deficientes mentales, el infanticidio como mecanismo de regulación de la natalidad, &c., cae en ocasiones la acusación de eugenesismo, un eugenesismo rayano –según advierten sus críticos más inclementes, como Luc Ferry inter alia– con las líneas maestras del discurso nacional-socialista.
{5} Demasiado fácilmente claro está.
{6} Para acusar la medida de la ingenuidad de Salt es conveniente detenerse un momento sobre los espinosos problemas implicados en tan «estériles polémicas» sobre el alcance filosófico del rótulo «derechos humanos» en contraposición a otros colindantes tales como «derechos del ciudadano», «derechos de los pueblos», &c. Problemas por supuesto que Salt arrastra en todo momento tras de sí a pesar de su voluntad de desentenderse de los mismos. Al respecto, cfr. Gustavo Bueno, «Los "derechos humanos"», en El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996, págs. 337- 375.
{7} Ignoramos las razones que motivaron una tal depuración. En todo caso es obvio que el título que el libro ha recibido en su edición española, desvirtúa de algún modo las «progresistas» intenciones de Salt
{8} En la misma colección, y junto al alegato saltiano, han venido apareciendo otros títulos cuya mención es del mayor interés: Para la reforma moral e intelectual de Antonio Gramsci, Humanismo y anarquismo de Camilo Berneri, Escritor revolucionarios de Ernesto Che Guevara, Sobre el poder y la vida buena de León Tolstoi, Cristianismo y defensa del indio americano de Bartolomé de las Casas, Más cerca del perverso fin y otros diálogos y ensayos de Hans Jonas, Un sueño de libertad de Martín Luther King, Una ética de la tierra de Aldo Leopold, Tratado sobre la república de Florencia y otros escritos políticos de Girolamo Savonarola. Está anunciada la aparición inminente de Prédicas para desesperados (también de Savonarola) y Feminismo y hombre nuevo de Alejandra Kolontai...
{9} Reproducimos los nombres de las organizaciones y asociaciones cuyas direcciones y números de teléfono quedan recogidos en el mencionado apéndice: ADDA (Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal), ALA (Alternativa para la Liberación Animal), Amnistía Animal, ANDA (Asociación Nacional para la Defensa de los Animales), ARCADYS (Asociación para el Respeto y la Convivencia con los Animales Domésticos y Salvajes), ASANDA (Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales), FESPAP (Federación Española de Sociedades Protectoras de Animales y Plantas), MATP (Movimento Anti-Toruadas de Portugal), Nuevas Defensas, Pro-Dignidad Humana, PRO-GAT BARCELONA, ADENA-WWF (Asociación para la Defensa de la Naturaleza- World Widlife Fund), Amigos de la Tierra, DEPANA (Liga para la Defensa del Patrimonio Natural), Ecologistas en Acción Estatal, Greenpeace.